El pensamiento dualista es una enfermedad. La religión es una distorsión. La existencia es cruel. La espiritualidad es irreal. Pasar las cuentas de un rosario no es más sagrado que simplemente respirar, los hábitos religiosos no son más espirituales que la ropa de trabajo. Si deseas alcanzar la unidad con el Tao, no te dejes atrapar en superficialidades espirituales.