Hubo algo formado misteriosamente, nacido antes que el cielo y la Tierra... Puede que sea la madre de miríadas de cosas. No sé su nombre, llamémoslo Tao.
Lao-Tse
El agua es el alma madre de la vida y la matriz, no hay vida sin agua.
Albert Szent Gyorgi
Tengo deseos de que mi todo, a un tiempo sea cristal y lodo, paloma y cuervo, llama y alud.
Alfonsina Storni
Hamilton se ha llevado a alguien, se ha llevado a Hamilton. (Canadá 2008).
Antonio Lobato
Solamente la complacencia de los novelistas es la que ha creado a las mujeres una reputación de sutiles, maliciosas y astutas. Ellas poseen apenas una docena de mentiras en su repertorio; quitadlas de ahí y no sabrán por dónde andar.
Aurelien Scholl
No entiendo por qué la gente necesita a alguien a quién a amar. Yo no quiero amor.
Freddie Highmore
Cuando las penas del corazón se convierten en enfermedades, estamos perdidos.
Frédéric Chopin
(¿Cómo describes tu música?) Es muy honesta, tiene mucho corazón, mucha alma. En cuestión del sonido tiene mucha influencia de la música que yo crecí escuchando, el blues, el jazz, es muy de raíz, por eso digo que tiene un sonido muy vintage, porque me gusta mucho la música de los años 20s hasta los 60s.
Gaby Moreno
... una adulación repetida acabará inevitablemente resultando insatisfactoria, y por tanto será como una ofensa.
José Saramago
... mentir es la peor de las cobardías.
El viento mueve las hojas de los árboles gigantes...
Manuel Moretti
Como solía decir mi padre: Al pan, pan y al vino, vino. Pero a una prostituta llámala siempre señora. La vida de las prostitutas es muy dura, y no cuesta nada ser respetuoso con ellas.
Patrick Rothfuss
Cuando por fin se atrevieron, con disimulo al principio y después con total franqueza, tuvieron que sonreír. Estaban extraordinariamente orgullosos. Por primera vez habían hecho algo por amor.
Patrick Süskind
Órbita de pasión y verdaderos, resplandecientes e infalibles rastros. Celestes nuestros cuerpos aunque oscuros.
Vicente Gaos
En su vida había sido tan feliz. Sin decir palabra hicieron las paces. Descendieron hacia el lago. Gozó de veinte minutos de perfecta felicidad.
Virginia Woolf
Mi corona está en el corazón, no en mi cabeza.
William Shakespeare