El valor de un acto se juzga por su oportunidad.
Lao-Tse
No te des por vencido, ni aún vencido; No te sientas esclavo, ni aún esclavo. Trémulo de pavor siéntete bravo. Y arremete feroz, ya malherido.
Almafuerte
Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible.
Charles Maurice de Talleyrand
¡No creo en variantes, sino en ideas!
David Bronstein
Rey, ahora tengo tu sangre en mis manos. En el Judgament Day tendre tu vida!
Eddie Guerrero
Aquí estoy, en consecuencia, sola, en tinieblas, sin un galán indómito que se aventure a rescatarme. Sola con mis reminiscencias, con mi pasado turbulento, con mi angustia loca, con mi cresta ya no tan voluptuosa y mi pechuguita tierna.
Francisco Tario
El amor propio es más ingenioso que el hombre más ingenioso de este mundo.
François de La Rochefoucauld
Cristales de tu ausencia acribillan mi voz, que se esparce en la noche por el glacial desierto de mi alcoba. Yo quisiera ser ángel y soy loba. Yo quisiera ser luminosamente tuya y soy oscuramente mía.
Gloria Fuertes
Para una mujer, el primer beso es el final del principio; para un hombre, el comienzo del final.
Helen Rowland
En tiempos de guerra son los padres quienes entierran a los hijos.
Heródoto
No sujetéis mi voz, que va de paso.
Juan Antonio Villacañas
Es increible lo que puedes hacer cuando no tienes que mirarte más en el espejo.
Kevin Bacon
No intentes ser útil. Intenta ser tú: eso basta, y en eso reside tu razón de ser.
Paulo Coelho
A la mayor parte de los niños no les falta ingenio, sino aplicación.
Quintiliano
La libertad no está a más de una generación de extinguirse. No se la transmitimos a nuestros hijos a traves de la sangre. Debemos luchar, protegerla y entregársela a ellos para que hagan lo mismo, o un día pasaremos nuestros años de retiro contándoles a nuestros hijos que alguna vez en los Estados Unidos los hombres eran libres.
Ronald Reagan
En las ocasiones en que el hombre tiene más necesidad de pensar en las realidades dolorosas de la vida, es precisamente cuando los hilos del pensamiento se rompen en el cerebro.
Victor Hugo