¡Rayos y truenos! A cada relámpago el mundo se sana.
Kobayashi Issa
La simple compañía del otro, en las situaciones adversas, es tan necesaria como la propia vida.
Alejandro Jodorowsky
Bebe de las rocas; duerme sobre escarcha; renueva tejidos con salitre y agua; habla con los pájaros y llévate al alba. Y cuando las carnes te sean tornadas, y cuando hayas puesto en ellas el alma que por las alcobas se quedó enredada, entonces, buen hombre, preténdeme blanca, preténdeme nívea, preténdeme casta.
Alfonsina Storni
Es como la lechuguita; si uno la riega un poquito ligerito resucita.
Anónimo
No te imagines que los demás tienen tanto interés en escucharte como el que tú tienes de hablar.
Antístenes
Las mujeres fuertes sólo se casan con hombres débiles.
Bette Davis
Cuando más grande es vuestra gloria, más cerca estáis de vuestra declinación.
Daniel Defoe
Y cuando el otoño llegó, y llegó también el término de sus días, tuvo aún tiempo de dar una última lección antes de morir a las jóvenes abejas que la rodeaban: No es nuestra inteligencia, sino nuestro trabajo quien nos hace tan fuertes.
Horacio Quiroga
Dios sabe lo que hace, por qué lo hace y para qué lo hace. Yo acepto la voluntad de Dios. Creo que Dios nunca me soltó la mano.
Jorge Rafael Videla
La mujer que no tiene suerte con los hombres no sabe la suerte que tiene.
Les Luthiers
Las ideas eran esenciales, pero, si no las acompañaba una acción resuelta de las víctimas -las mujeres y los obreros-, las bellas palabras se harían humo y nunca saldrían de los mentideros parisinos.
Mario Vargas Llosa
La libertad, aunque se te haga extraño, aunque no te lo creas, se acuesta temprano, y duerme sus ocho horas de un tirón. La libertad se conquista teniendo un trabajo que te gusta y que te permite vivir como a ti te gusta.
Rafael Chirbes
El tuyo es el tipo de amor que ilumina el mundo. El tipo de amor que puede salvarla. Pero tú no vas a salvar a nadie.
Russell Crowe
Nunca nos arrepentimos de haber comido muy poco.
Thomas Jefferson
Sólo el cielo sabe por qué lo amamos tanto.
Virginia Woolf
El amor no prospera en corazones que se amedrentan de las sombras.
William Shakespeare