No estoy involucrada en la política o la religión. Sólo les hago saber que se trata del amor de Dios y el amor por la gente. Eso es más poderoso que cualquier arma de guerra.
Kim Phuc
La duda, esa vaga nubecilla que, a veces, habita los cerebros, también puede entenderse como un regalo. Y no es -lo que queda dicho- una aseveración, ya que, sobre ella, tengo también mis dudas.
Camilo José Cela
La Navidad pasada estuve muy enferma y casi muero. No suelo dedirlo porque la gente se pone rara. Pero creo que tú no te pondrás raro.
Emilia Clarke
Quien soporta mis defectos es mi amo, aunque sea mi criado.
Goethe
A mí me gusta el jolgorio que no obliga a los amigos, a la mañana siguiente, a mirarse avergonzados unos a otros.
Izaak Walton
Uno no puede llorar por todo el mundo, está más allá de la fuerza humana. Unos debe elegir por quién llorar.
Jean Anouilh
Las enfermedades son los intereses que se pagan por los placeres.
John Ray
Llegó a la conclusión de que, en realidad, la filosofía no es algo que se puede aprender, sino que quizás uno pueda aprender a pensar filosóficamente.
Jostein Gaarder
Sé filósofo, toma lo tuyo y permite que el prójimo escoja sus propias pasiones.
Marqués de Sade
No me sorprendería si la gran regla fuera dar placer.
Molière
Porque es un hecho bien establecido que el presente no existe sino en la medida en que se hace pasado y ya pasó... como la juventud. En resumidas cuentas sólo nos va quedando el mañana: yo levanto mi copa por ese día que no llega nunca pero que es lo único de lo que realmente disponemos.
Nicanor Parra
En la escuela hay que adquirir el hábito de no mentir y de atender a las molestias y a los sufrimientos del prójimo. Hay que salir de ella verídico, compasivo y cortés. Esto es lo importante. Y de lo que nadie se ocupa.
Rafael Barrett
¡Se aprovecha de mi nobleza!
Roberto Gómez Bolaños
Magia es probar a saltar sin mirar, es caer y volver a empezar.
Rosana
La edad de la ignorancia comenzó con el sistema cristiano.
Thomas Paine
Como el ave fénix, el socialismo que renace de cada pila de cenizas dejado día tras día, por los sueños humanos quemados y esperanzas carbonizadas.
Zygmunt Bauman