Hicieron el amor, hablaron en susurros de sus proyectos y volvieron a hacer el amor. Poco antes del amanecer, Mack se adormiló ligeramente. Lizzie, en cambio, permaneció despierta, contemplando las facciones de su rostro a la luz del fuego de la chimenea mientras pensaba en el viaje de espacio y tiempo que los había conducido desde High Glen hasta aquella cama.