Me quedo para luchar contra los nazis. - Ya has hecho más de lo que te correspondía -dijo Ethel con dulzura. Maud se emocionó. - Mi marido ha dedicado todo su ser, toda su vida, a convertir esta tierra en un país libre y próspero. No seré la causa de que se vea obligado a renunciar a la obra de toda una vida. Si pierde eso, pierde su alma.