Los saltamontes gorgojean en las mangas de un espantapájaros.
Kawai Chigetsu
Qué difícil es ser yo.
Anahí Puente
Saber morir cuesta la vida.
Antonio Porchia
Nuestro espíritu busca, pero el corazón es el que encuentra.
Blaise Pascal
El músico verdadero está para llevar la luz a los corazones de la gente.
Bobby McFerrin
Todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización.
Che Guevara
Simplificar nuestra vida, desechar lo que nos sobra, vivir sobriamente, eso es saber vivir.
Doménico Cieri Estrada
Entre la espada y la pared, me lanzo hacia la espada.
Elis Regina
Los hombres públicos están triplemente sometidos: al soberano de su estado, a la fama y a los negocios.
Francis Bacon
Un viejo sólo existe por lo que posee. Desde el momento que no posee nada, se le arrumba con la basura. A esta edad avanzada sólo se puede escoger entre el asilo y la fortuna.
François Mauriac
Mi educación fue muy buena hasta que el colegio me la interrumpió.
George Bernard Shaw
Pretendemos comprender la vida a través de sus coherencias e identidades, cuando ciertamente estas se explican por si solas y no nos aportan nada. Deberíamos buscar la comprensión a partir de sus contradicciones pues estas si nos aportan información de la vida y la realidad.
José Saramago
¡Qué significa la eterna Creación, si todo lo creado ha de desaparecer para siempre! El mundo, al dejar de existir, será como si no hubiese existido nunca, y, sin embargo, lo vemos agitarse incesante como si realmente fuese algo.
Jostein Gaarder
Nunca fue la nuestra, lengua de imposición, sino de encuentro; a nadie se le obligó nunca a hablar en castellano: fueron los pueblos más diversos quienes hicieron suyo por voluntad libérrima, el idioma de Cervantes.
Juan Carlos de Borbón
Alejandro, el más grande general de la toda historia tuvo por maestro a Aristóteles, y yo siempre he pensado que mi oficio algo tenia que ver con la filosofía.
Juan Domingo Perón
No hay otra fortuna sino Dios y la buena diligencia del hombre.
Juan Huarte de San Juan