Yo acepto mis límites y los proclamo. Esa es la verdadera sabiduría de la vida: saber quién eres; así no imitas a nadie, no envidias a nadie, tú eres tú y evolucionas en el terreno que te corresponde. Incluso puedes ampliarlo, apoyarlo, embellecerlo sin creerte otra...
La paz en democracia es mucho más que la paz, es la libertad, porque la paz sin libertad no es nada.