Maldecimos los sufrimientos, pero no sabemos, cuando los pasamos, que nos harán crecer y nos llevarán más lejos. No queremos saberlo. El dolor es demasiado fuerte para reconocer en él una virtud. Es cuando ha pasado el dolor cuando volvemos la vista atrás y comprobamos, asombrados, el largo camino que nos ha obligado a recorrer.