La mesa estaba puesta. Como siempre, la vista de la mesa arreglada para dos, dos personas solas, tan acabada, tan perfecta, que no dejaba lugar para un tercero, me producía un extraño y rápido estremecimiento.
Katherine Mansfield
La luz de la verdad es siempre o un rayo o un relámpago.
Benedetto Croce
En todo fracaso se oculta la semilla de un éxito.
Deepak Chopra
Sin mujeres, el principio de nuestra vida estaría falto de cuidados; el medio, de placer, y el final, de consuelos.
Étienne de Jouy
¿Te imaginas quizá que llevo otra careta y que esto... esto... mi cara es una máscara?
Gastón Leroux
El amor no es sólo un sentimiento. Es también un arte.
Honoré de Balzac
Siempre he sido un fanático de los deportes, pero he perdido interés en saber si un grupo de mercenarios del norte de Londres va a vencer a otro grupo de mercenarios del oeste de Londres.
John Cleese
Al aplicar los cánones estrictos del método científico a este tema, es posible demostrar de manera efectiva en varios lugares de la explicación cómo no pudo haber surgido la vida; la improbabilidad es demasiado alta, la posibilidad, demasiado pequeña.
John Desmond Bernal
Siempre tratamos de consumar algo nuevo con cada canción y siempre nos atrajo la idea de que cada canción sonara como si la hubiera compuesto un grupo diferente.
Kurt Cobain
Nadie viene a Nueva York y se va si no le ha pasado algo horrible.
Mark Ruffalo
En mi vida he pasado a través de cosas terribles, algunas de las cuales sí sucedieron.
Mark Twain
El padre da el dote, y Dios, la mujer.
Melchor de Santa Cruz
Yo mismo había protagonizado algunas barrabasadas, pero si me preguntaban si lo había hecho yo, siempre decía la verdad, nunca intentaba eludir mi responsabilidad. Si había sido yo, había sido yo, no había nada más que discutir.
Natsume Sōseki
Yo no he encontrado a un futbolista, a un deportista de alto nivel, que no le guste aquello que hace.
Pep Guardiola
Para mí la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada al cielo, un grito de agradecimiento y de amor en las penas como en las alegrías.
Teresa de Jesús
El hastío se origina bien de una debilísima conciencia de la existencia propia, que no puede impulsarnos a la acción, o bien de una conciencia excesiva, por la que advertimos la imposibilidad de actuar en la medida que querríamos.
Ugo Foscolo