Chicas quieren mi rabo acabar encerrados en lavabos con este pavo.
Kase.O
Los viñedos se extendían a lo largo de las laderas de la montaña, donde las elegantes villas de los nobles toscanos adornaban con frecuencia el paisaje, rodeadas con las plantaciones de olivos, naranjos y limoneros.
Ann Radcliffe
La verdad es que hay días que no sé dónde refugiarme políticamente.
Antonio Gasset
Voy a gritar con toda mi alma para que el mundo sepa que estoy viva. Viva de tanto vivir. Viva de tanto amar.
Chavela Vargas
La experiencia de los siglos prueba que el lujo anuncia la decadencia de los imperios.
Francis Bacon
(a los débiles) La queja, el mero hecho de quejarse, le da a su vida un aliciente que la hace soportable.
Friedrich Nietzsche
La poesía es un arma cargada de futuro.
Gabriel Celaya
Hay que recordar que hubo una vez una disciplina llamada filosofía natural. Por desgracia, esta disciplina parece no existir en la actualidad. Se ha cambiado el nombre por el de ciencia, pero la ciencia de hoy está en peligro de perder gran parte de los aspectos de la filosofía natural.
Hannes Alfvén
Después de mis lágrimas la plenitud de mi soplo blanco.
Hashimoto Takako
Los Beatles somos más conocidos que Jesucristo.
John Lennon
¿Me amarás? Murmuraste. Lenta y grave vibró en mis labios la promesa suave de la dulce, la amable moabita. Y fue como un ¡amén! En ese instante el toque de oración que alzó vibrante la rítmica campana de la ermita.
Juana de Ibarbourou
Para mi, buscar la sencillez y lucidez es un deber moral de todos los intelectuales; la falta de claridad es un pecado y la presunción un crimen.
Karl Popper
Procura no inquietar tu alma ante el triste espectáculo de la injusticia humana. Sobre esta injusticia verás un día el triunfo definitivo de la justicia de Dios.
Pío de Pietrelcina
Ahura hay fertilización asistida. Vea el caso de la señora del viejo Aredes. Quedó embarazada. En el pueblo se comenta que al viejo lo ayudaron.
Roberto Fontanarrosa
Aquel que tú crees que ha muerto, no ha hecho más que adelantarse en el camino.
Séneca
De las memorias de la Eternidad: Sólo uno vivió del Principio al Fin del Mundo: el Miedo.
Stanisław Jerzy Lec