Tendrás que ser vencedor de ti mismo para poder vencer a los demás.
Kalimán
Me cuesta tomar afecto, y sólo consigo querer a la gente que me parece igual que yo.
Anaïs Nin
Brindo porque al ascender la montaña de la prosperidad, no nos encontremos a ningún amigo que venga descendiendo.
Anónimo
Yo cocía el ramen mientras oía el ruido estrepitoso de la licuadora haciendo los dos zumos, en la cocina, de madrugada. Podría pensarse que era algo extraordinario pero también podría pensarse que era algo sin importancia. Y que era un milagro y, también, que era algo natural. Sea como sea, guardo en mi corazón una emoción suave que desaparece cuando se expresa con palabras. El futuro es largo. En las noches y mañanas que irán sucediéndose, alguna vez, quizás este momento se convierta en un sueño.
Banana Yoshimoto
La salud es la más alta posesión...
Buda Gautama
Mis padres son artesanos de la música.
Chenoa
¿Por qué un tacón tan fino, tan puntiagudo, sino para demostrar que pueden crearse cosas irreales a partir de algo existente?
Christian Louboutin
Signos eran que denotaban hombres llegados a la meta de las humanas aspiraciones en los países decadentes: el ingreso en las oficinas del Estado.
Emilia Pardo Bazán
Repudio a los misericordiosos que se complacen en su compasión; les falta vergüenza.
Friedrich Nietzsche
Nuestra época está enterada... Lo que en otro tiempo no era más que algo enfermo se ha convertido hoy en algo indecente - es indecente ser hoy cristiano. Y aquí comienza mi náusea.
El analista no es el que sabe, quien sabe es el analizante (analizante = paciente según la psicología de visos conductistas), es el supuesto al saber.
Jacques Lacan
De todas las tiranias de la humanidad, la peor es la que persigue a la mente.
John Dryden
La buena conciencia sirve de blanda almohada.
John Ray
La vida no es en sí ni un bien ni un mal, sino el lugar del bien o del mal, según que el hombre practique lo uno o lo otro.
Michel de Montaigne
Fracasar y morir joven es la única esperanza de un escocés que desee perdurar como artista.
Oscar Wilde
La puesta del sol en primavera camina sobre la cola del faisán dorado.
Yosa Buson