Creo que el odio, al igual que el amor, brota de una fuente mucho más profunda que el interés práctico o la conciencia moral. Yo no sabía odiar de verdad hasta que descubrí el instinto sexual.
Junichiro Tanizaki
La compra la hice con el dinero que gané en España, aquella casa era un regalo que España me había hecho a mí y que yo transferí a mis viejos. Desde entonces, pude decir con todo fundamento, que nuestra casa era en verdad la Casa de España.
Benito Quinquela Martín
Todo proceso de cambio significa un surgir, un hacerse, un devenir y esto sólo es imaginable en el tiempo.
Carl Menger
Las gentes con el alma pequeña siempre tratan de empequeñecer a los demás.
Carlos Ruiz Zafón
A propósito del sueño, aventura siniestra de todas las noches, puede decirse que los hombres se duermen diariamente con una audacia que parecería incomprensible si no supiéramos que es el resultado de la ignorancia del peligro.
Charles Baudelaire
¡Hay un Dios verdadero, y este Dios es muy bueno! Esta es la alegría que anuncia el cristianismo.
Francisco Fernández-Carvajal
La ágil caricia de tus sedas era como una primavera perfumada...
Francisco Villaespesa
Es menos desagradable ver mendigar un pobre que un rico. Y un cartelón de propaganda es un rico que mendiga.
Gilbert Keith Chesterton
Fue una chulería brutal plantarle cara al fútbol.
Loquillo
Una copa acartona el recuerdo, pero, al propio tiempo, convierte la onerosa gravedad de tu cuerpo en una suerte de porosidad flotante... pasado el trance, sobreviene el decaimiento.
Miguel Delibes
El canal se complace pensando que los ríos no existen sino para traerle agua.
Rabindranath Tagore
Las soluciones son todas simples... Después de haber llegado a ellas. Sólo son simples cuando llegamos a ellas.
Robert Pirsig
¿Hay cosa más torpe que un anciano que comienza a vivir?
Séneca
Forzosamente debe temer a muchos quien es temido por muchos.
El que nunca cambia sus opiniones, nunca corrige sus errores, y nunca será más sabio al día siguiente.
Tyron Edwards
Dios aparece mucho más en los orgasmos que en las charlas teológicas.
Valérie Tasso