Quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: nunca más.
Julio Strassera
Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.
Albert Einstein
Guárdate de las mujeres hasta los veinte años y aléjate de ellas después de los cuarenta.
Alejandro Dumas
No creo que tu capacidad de lucha tenga nada que ver con lo grande que seas. Tiene que ver con cuánta rabia hay en ti.
Amy Winehouse
La Ley, en su magnífica ecuanimidad, prohíbe, tanto al rico como al pobre, dormir bajo los puentes, mendigar por las calles y robar pan.
Anatole France
La amistad no se cuenta aunque muchos la venden, ya que los amigos comprados o no lo son o valen poco.
Baltasar Gracián
Si los hombres de ciencia, atemorizados por los déspotas, se conforman solamente con acumular saber por el saber mismo, se corre el peligro de que la ciencia sea mutilada y que vuestras máquinas sólo signifiquen nuevas calamidades.
Bertolt Brecht
Soy un hombre hecho por mi esposa.
Danny Kaye
Hay episodios de nuestra vida dictados por una discreta ley que se nos escapa.
Enrique Vila-Matas
Si tuviéramos que tolerar a los demás todo lo que nos permitimos a nosotros mismos, la vida sería intolerable.
Georges Courteline
La sumisión a un hombre débil es disciplina. La sumisión a un hombre fuerte es sólo servilismo.
Gilbert Keith Chesterton
Tal vez la inmovilidad de las cosas a nuestro alrededor les viene impuesta por nuestra certeza de que son ellas y no otras, por la inmovilidad de nuestro pensamiento frente a ellas.
Marcel Proust
El dolor era lo que nadie quería tener, de ahí que todo se adornase con algodones, que todo perdiera realismo, que todo fuera falso.
Ramón Cerdá
Siempre hay que tratar a los empleados exactamente como queremos que ellos traten a nuestros mejores clientes. Se puede comprar el trabajo de una persona, pero no se puede comprar su corazón. En el corazón están su lealtad y su entusiasmo. Tampoco se puede comprar su cerebro. Allí están su creatividad, su ingenio, sus recursos intelectuales.
Stephen Covey
El perro que ladra a la luna está plenamente convencido que la luna lo oye.
Valeriu Butulescu
Yo conozco al pueblo: cambia en un día. Derrocha pródigamente lo mismo su odio que su amor.
Voltaire