Frase de Julio Cortázar

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Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundame... - Julio Cortázar

Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino.

Julio Cortázar

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Y por eso, a lo largo de todo el verano, un poco de invierno se quedaba en casa.

Amos Oz

Bach componía para Dios, yo pinto para ARCO.

Antonio López García

Cuando la ficción adopta la omnipotencia de la realidad, cuando comprobamos que nos hacen sufrir tanto las ilusiones como la realidad, nuestros sufrimientos pierden toda dignidad y todo consuelo.

Charles Maturin

Una vida que no reflexiona ni se examina a sí misma no merece la pena vivirse.

Fernando Savater

Un buen remedio contra la enfermedad del yuppie: invierte más tiempo en tu trabajo que trabajo en tu tiempo.

Friedrich Dürrenmatt

Examinar los problemas en su integridad y no fragmentariamente: tal es la meta de la ciencia económica.

Henry Hazlitt

Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada, y el tiempo me confirma mi creencia en la inconsistencia del carácter humano, y en lo poco que se puede uno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia.

Jane Austen

El invento de la aspirina se llama progreso. El de la libertad, subversión.

Jaume Perich

Nadie se hizo perverso súbitamente.

Juvenal

¿Qué importa que la estrella esté remota y deshecha la rosa? Aún tendremos el brillo y el aroma.

León Felipe

No habrá paz sin verdad, ni amor sin nobleza.

Miguel Abuelo

Maradona no es un buen seleccionador porque lleva un estilo de vida extraño, y eso no pasa desapercibido para el equipo.

Pelé

Una de las paradojas del mundo globalizado es la resistencia y el resurgir de los idiomas pequeños del mundo, la solidaridad que recorre desde Irlanda a Estonia, desde las islas Feroe hasta Asturias, y desde el País de Gales al País Vasco.

Seamus Heaney

La virtud impide a los valientes llorar, y a los débiles lo manda.

Séneca

Estos son los mandamientos de Derecho: vivir honestamente, no ofender a los demás, dar a cada uno lo suyo.

Ulpiano