El que al perder el coche oficial sienta que ha perdido su vida, es tonto químicamente puro. Un indigente moral y, si se me permite la palabra, un gilipollas.
Julio Anguita
Pues tú te desprendes de los asuntos humanos, ¡de los simples impulsos!
Arthur Rimbaud
Gracias, Patria Mía, he sido tu soldado y ello me hace feliz.
Augusto Pinochet
¿Acaso hemos nacido para trabajar como los animales?
Benito Pérez Galdós
El hombre, para sí mismo, es el objeto más prodigioso de la naturaleza.
Blaise Pascal
Cambiaría mis 600 programas en laSexta por un solo programa en Telecinco.
El Gran Wyoming
El fundamento de la moral y de la legislación lo constituye la máximafelicidad de la mayor parte de los ciudadanos.
Jeremy Bentham
Hay una voz secreta, un dulce canto que el alma sólo recogida entiende, un sentimiento misterioso y santo que del barro al espíritu desprende, agreste, vago y solitario encanto que en inefable amor el alma enciende, volando tras la imagen peregrina el corazón de su ilusión divina.
José de Espronceda
No hay mayor desdicha en las desdichas que haber sido dichoso un desdichado.
Luis Vélez de Guevara
El amor es una enfermedad inevitable, dolorosa y fortuita.
Marcel Proust
Los héroes pueden ser dulces.
Oriana Fallaci
Educadores y educandos se archivan en la medida en que, en esta visión distorsionada de la educación, no existe creatividad alguna, no existe transformación, ni saber. Sólo existe saber en la invención, en la reinvención, en la búsqueda inquieta, impaciente, permanente que los hombres realizan en el mundo, con el mundo y con los otros. Búsqueda que es también esperanzada.
Paulo Freire
Los vencedores no son aquéllos que están siempre aferrados a sus bienes; ni los que se pasan la vida rezando con las cuentas secas del deber; son aquéllos que aman porque viven, y vencen de veras porque de veras se dan; los que aceptan el dolor con toda su alma y con toda su alma separan el dolor; los que crean porque conocen el secreto de la única alegría, que es el secreto del desprendimiento.
Rabindranath Tagore
Empezaba a considerar que el mundo, al fin y al cabo, era como un inmenso escenario, y que el ser más feliz es el que se conforma con ver la función. Había que evitar toda intervención en la farsa.
Santiago Lorén
La vida es felicidad, merécela.
Teresa de Calcuta
La comida no sólo alimenta mi cuerpo, sino que también alimenta mi alma, mi consciencia y mi espíritu.
Thich Nhat Hanh