La mayoría de las mujeres no sienten la necesidad de ser amadas; les basta con ser preferidas.
Julie de Lespinasse
Usted cree en un dios que juega a los dados, y yo, en la ley y el orden absolutos en un mundo que existe objetivamente, y el cual, de forma insensatamente especulativa, estoy tratando de comprender.
Albert Einstein
El corazón es lo último que se desprende de la tierra y la memoria lo último que se desprende del corazón.
Alejandro Dumas
El ateísmo está más en la boca que en el corazón del hombre.
Francis Bacon
Aquella alma que pueda ser sincera es la del hombre perfecto.
John Fletcher
De igual modo que una mujer necesita el amor para abrirse al sexo, el hombre necesita el sexo para abrirse al amor.
John Gray
Ninguna ciencia hay en que más se necesite saber la verdad, que en la de gobernar a los pueblos. En ellas es preciso atender no sólo a las verdades teóricas, sino a las de hecho.
Juan Bautista Morales
Por supuesto, un escritor no puede dejar de tener su propio punto de vista. Por ejemplo, en cuanto a por qué escribo, sigo pensando como hace una docena de años, cuando pensaba que debía escribir para concientizar a mi pueblo, a la humanidad, para ayudarlos a mejorar.
Lu Xun
Las acciones hablan más alto que las palabras, pero no tan a menudo.
Mark Twain
Cuando los súbditos y sus capitanes y curacas obedecen de buen ánimo al Rey, entonces goza el reino de toda paz y quietud.
Pachacútec
Las críticas son cartas al público que ningún autor tiene que abrir ni leer.
Rainer Maria Rilke
Tendré que echarte a suertes, cara no volverte a ver, cruz quererte para siempre.
Ramón Melendi
Compra solamente lo necesario, no lo conveniente. Lo innecesario, aunque cueste sólo un céntimo, es caro.
Séneca
La opinión que te merece una idea nueva de un empleado en particular no es tan importante como la forma en que reaccionas cuando dicho empleado hace algo que no funciona o que podría no funcionar.
Seth Godin
Tengo una chimenea de microondas. Puedo pasarme una tarde entera sentado frente al fuego en sólo ocho minutos.
Steven Wright
En la naturaleza del hombre encontramos tres causas principales de querella: la competencia, la desconfianza y la gloria.
Thomas Hobbes