Para cambiar radicalmente el comportamiento de un régimen tenemos que pensar con claridad y audacia, porque si algo hemos aprendido es que los regímenes no quieren que los cambien. Tenemos que pensar más allá de lo que lo hicieron quienes nos han precedido y descubrir cambios tecnológicos que nos den valor para actuar de formas que nuestros antepasados no pudieron.