Me darás lo más dulce y más amargo: una breve alegría, un llanto largo... Sé que voy al dolor. Inútilmente.
Julia Prilutzky Farny
La diferencia entre Ayrton Senna y yo es que yo creo en Dios y él se cree Dios.
Alain Prost
El hombre que más ama a su patria es el más cosmopolita.
Alfred Tennyson
Mi lengua es afilada y ácida. A veces también dulce.
Chenoa
El hombre es un animal que estafa, y no hay otro animal que estafe fuera del hombre.
Edgar Allan Poe
Si me preguntas porqué he preferido la Orden de Predicadores, responderé que es la más conforme a mi naturaleza, a mi inteligencia y a mi fin; a mi naturaleza, por su gobierno; a mi inteligencia, por sus doctrinas; a mi fin, por sus medios de acción que son principalmente la predicación y la ciencia sagrada.
Enrique Lacordaire
Pocos hombres tienen la fuerza de carácter suficiente para alegrarse del éxito de un amigo sin sentir cierta envidia.
Esquilo
La literatura es lo esencial. Todo lo que no sea literatura no existe. Porque, ¿dónde está la realidad?
Francisco Ayala
El mejor modo de ocultar a otros los límites del propio saber está en no traspasarlos.
Giacomo Leopardi
Hacer poesía fue para mí una manera de construirme un muro contra el mundo exterior, una suerte de andamio contra mis propias debilidades interiores.
Jaime Gil de Biedma
Lo grave de que la muerte se acerque no es la propia muerte con lo que traiga o no traiga, sino que ya no se podrá fantasear con lo que ha de venir.
Javier Marías
El amor es lo mejor y al mismo tiempo lo peor del mundo.
Jorge Amado
Nunca los niños tuvieron tantos juguetes, y nunca se han mostrado tan aburridos, escépticos y desinteresados por los mismos.
María Jesús Álava Reyes
Había en ella una suerte de deslumbramiento infantil ante lo nuevo-bello que rayaba el fetichismo.
Miguel Delibes
La idea de que el mundo tiende a ir peor, que sucumbe sin propósito alguno en la corrupción, es la gran idea encarnada en la Segunda Ley de la Termodinámica.
Peter Atkins
El que voluntariamente persevera en su ignorancia, se hace culpable de todos los crímenes que la ignorancia produce.
Samuel Johnson