Para siempre resultó demasiado tiempo...
Julia Ormond
Seré en tus manos una copa fina pronta a sonar cuando vibrarla quieras... Destilarán en ella primaveras, reflejará la luz que te ilumina. Seré en tus manos una copa fina.
Alfonsina Storni
Los indiduos, los cuales no se distribuyen en naciones, sino por la diversidad de lenguas, de leyes y de costumbres practicadas, y sólo de estás dos, es decir, de las leyes y las costumbres, puede derivarse que cada nación tenga un talante especial, una situación particular y, en fin, unos prejuicios propios.
Baruch Spinoza
¡Despertaos! Nunca seáis negligentes. Seguid la ley de la virtud. El que practica la virtud vive felizmente en este mundo y en el próximo.
Buda Gautama
Creo sencillamente que alguna parte del yo o del alma humana no está sujeta a las leyes del espacio y del tiempo.
Carl Gustav Jung
El hombre que no sufre es una máquina mal compuesta, una criatura defectuosa, un mutilado moral, un aborto de la naturaleza.
Claude Tillier
Siento tal pasión por la soledad que no puedo soportar la idea de que otros duerman bajo mi mismo techo.
Guy de Maupassant
Coge el dÃa de hoy; no seas demasiado crédulo en el de mañana.
Horacio
Ella ha sido la única criatura que ha logrado ablandar mi corazón de piedra. Ella ha muerto y, con ella, han muerto todos los sentimientos de afecto que yo tenÃa para la humanidad.
Iósif Stalin
La victoria tiene un centenar de padres, pero la derrota es huérfana.
John F. Kennedy
Yo estaré esperándote cuando despiertes; puede que seas invisible para los demás, pero no para mÃ.
Marc Levy
Tengan miedo si quieren que despierte en ustedes el instinto de lo Bello.
Odysséas Elýtis
Herir al oponente es herirse a uno mismo.
Paulo Coelho
... cada uno debe ser puesto a un trabajo, que ha de ser aquel para el que esté dotado;...
Platón
Lo más bonito de todo es la Navidad. En las casas ponen nacimientos y árboles con foquitos de colores que se prenden y se apagan. Las luces parecen estrellas.
Roberto Gómez Bolaños
Cualquier concesión a los antievolucionistas, sugiriendo que hay razones cientÃficas para dudar del hecho de la evolución, serÃa propagar una vulgar falsedad.
Theodosius Dobzhansky