El amor es el cenit de la subjetividad.
Julia Kristeva
Ninguna sociedad puede prosperar y ser feliz si en ella la mayor parte de los miembros es pobre y desdichado.
Adam Smith
Los hombres que advierten velozmente el ridículo en los demás, no son los que con menos facilidad caen en él.
Armando Palacio Valdés
Cuando dos personas están bajo la influencia de la más violenta, la más insana, la más ilusoria y la más fugaz de las pasiones, se les pide que juren que seguirán continuamente en esa condición excitada, anormal y agotadora hasta que la muerte los separe.
George Bernard Shaw
Su negocio es la política. El mío es un club.
Humphrey Bogart
La gente no elige su carrera, son devorados por ella.
John Dos Passos
En verdad llevamos máscaras según vamos envejeciendo, las máscaras de nuestra edad, y los jóvenes creen que somos como parecemos, lo cual no es el caso.
Karen Blixen
No se puede disminuir la demanda de trabajo sin hacer más pobre a la nación.
Lenin
La inmortalidad personal no es, por ende, un derecho que poseemos; es algo que debe ser realizado por medio del esfuerzo personal. El hombre es tan sólo un candidato a ella.
Muhammad Iqbal
Toda lengua es un templo en el que está encerrada el alma del que habla.
Oliver Wendell Holmes
A veces expresar con palabras la realidad tal cual es le conduce a uno a la insinceridad.
Orhan Pamuk
Podría simular una pasión que no sintiera, pero no podría simular una que me arrasara como el fuego.
Oscar Wilde
No hay misterio más grande que éste: siendo nosotros la realidad, buscamos obtenerla. Creemos que hay algo que oculta nuestra realidad y que debemos destruirlo para llegar a ella. Eso es ridículo. Llegará el día en que te reirás de los esfuerzos que realizabas para llegar a la realidad. Pero aquello que será en ese momento, ya es aquí y ahora.
Ramana Maharshi
No hay verdades absolutas. Siempre están abiertas las puertas de las verdades individuales.
Raul Seixas
Las leyendas crean a veces la realidad, y resultan más útiles que los hechos.
Salman Rushdie
La memoria se fortalece con cada nuevo peso que se echa sobre ella, y se vuelve tanto más fiel cuanto más en ella confías.
Thomas de Quincey