Por desgracia, una cosa es sentir y otra expresar bien lo sentido.
Juan Valera
Me encantan los perfumes. Cada mañana, cuando mi novia y yo bajamos al patio en nuestro bloque de pisos en el que estamos, nos asalta el más delicioso aroma - jazmín alrededor de una puerta. Casi me desmayo.
Alan Rickman
Lo malo del amigo es que nos dice las cosas desagradables a la cara; el enemigo las dice a nuestras espaldas y, como no nos enteramos, nada ocurre.
Alfred de Musset
Soy democrático, pero a mi manera.
Augusto Pinochet
En la infancia, en la adolescencia, en la juventud, es cuando se forma la personalidad y cuando se impregna uno de lo que tiene entorno, por eso, yo estoy por dentro lleno de Valladolid.
Francisco Umbral
Un Falconeri debe estar a nuestro lado, por el rey.
Giuseppe Tomasi di Lampedusa
El amor es un caos de luz y de tinieblas; la mujer, una amalgama de perjurios y ternura; el hombre, un abismo de grandeza y pequeñez; la vida, en fin, puede compararse a una larga cadena con eslabones de hierro y de oro.
Gustavo Adolfo Bécquer
¿Detener la guerra? ¡Imposible! No hay cura contra esa enfermedad.
Henri Barbusse
En España no había gran cosa para comer. - Voy a prepararte algo. - No hay prisa. Llevo doce meses pasando hambre; podré resistirlo unos minutos más. Pero te diré qué me apetece mucho. - ¿Qué? ¡Pide lo que sea! - Me encantaría que me prepararas una buena taza de té.
Ken Follett
Eternidad que se hace canción para quedar en los caminos, como un bálsamo de los días vividos.
León Gieco
Problema. Hacer ver lo que ves, por intermedio de una máquina que no lo ve como tú lo ves.
Robert Bresson
Que jamás el destino, comprendiéndome mal, me otorgue la mitad de lo que anhelo y me niegue el regreso.
Robert Frost
No puede el codicioso ser agradecido.
Séneca
Por otra parte detener amores es pretender parar el universo. Quien lleva amor asume sus dolores y no lo para el sol ni su reverso.
Silvio Rodríguez
Toda grandeza es inconsciente, o es poco y nada.
Thomas Carlyle
Pero los laboratorios del clero es bien sabido que son las universidades, las cuales reciben su disciplina de la autoridad pontificia.
Thomas Hobbes