Sólo consiste en obrar como caballero, el serlo. ¿Quién dio principio a las casas nobles? Los ilustres hechos de sus primeros autores... honraron sus herederos... Luego en obrar mal o bien está el ser malo o ser bueno.
Juan Ruiz de Alarcón
Los griegos no deben ser esclavos de los bárbaros.
Alejandro Magno
Es extremadamente difícil percibir, tal vez no tanto el entrecruzamiento, sino el curso paralelo de las historias respectivas de la economía, de la política, de la religión y del arte.
Georges Duby
Todo el mundo sabe escribir, pero no todo el mundo es escritor.
Joël Dicker
Gracias a los niños he aprendido que el teatro es una historia de un día de lluvia que hay que cambiarla al día siguiente cuando sale el sol.
Jorge Díaz
España es una cosa hecha por Castilla, y hay razones para ir sospechando que, en general, sólo cabezas castellanas tienen órganos adecuados para percibir el gran problema de la España integral.
José Ortega y Gasset
El juicio es una facultad fría y fuerte; el ingenio, una facultad delicada y viva.
Joseph Joubert
¡Soltero soy, vive Dios!
Uno es capaz de llorar a cántaros hasta en una miserable obra de teatro. Las lágrimas no prueban de ninguna manera la honestidad o el afecto.
Junichiro Tanizaki
¿No cree que deberíamos tener un hijo juntos para que tuviera mi físico y su inteligencia? (en conversación con Albert Einstein)
Marilyn Monroe
Cuando más profundamente desconcertado usted ha estado en su vida, es cuanto más receptiva ha estado su mente a nuevas ideas.
Neil DeGrasse Tyson
Lo más importante respecto a cualquier empresa es que los resultados no están en el interior de sus paredes. El resultado de un buen negocio es un cliente satisfecho.
Peter F. Drucker
A quien madruga, Dios le ayuda.
Proverbio
El fin de la vida es la contemplación; y no hay contemplación sin ocio.
Salvador de Madariaga
Somos nosotros los que escribimos nuestro propio destino. Nos convertimos en lo que hacemos.
Soong Mei-ling
En nuestras costumbres, una mujer no puede hacer nada por sí misma: necesita seducir a un hombre para obligarle a que ejecute sus deseos.
Stendhal