¡En el amor está la estrella! ¡A ver quién puede cojerla!
Juan Ramón Jiménez
Cualquier cosa es preferible a esa mediocridad eficiente, a esa miserable resignación que algunos llaman madurez.
Alejandro Dolina
No se puede llamar con fuerza al corazón del hombre sin que destile llanto. ¡Tan triste es el fondo de la humana naturaleza que siempre que se la remueve se hacen asomar la amargura a los labios y las lágrimas a los ojos!
Alphonse de Lamartine
El artista está obligado a vivir con los ojos abiertos y en ese momento la dictadura, la desocupación, la miseria, las huelgas, las luchas obreras, el hambre, las ollas populares crean una tremenda realidad que rompían los ojos.
Antonio Berni
El tiempo cura las penas y las injurias porque todos cambiamos y dejamos de ser la misma persona; ni el ofensor ni el ofendido son el mismo.
Blaise Pascal
Hay que buscar el buen equilibrio en el movimiento y no en la quietud.
Bruce Lee
La política y la religión volvían peligrosos a los hombres, y el comercio los volvía sensatos.
Edward Rutherfurd
Que la vida ha de superarse siempre de nuevo.
Friedrich Nietzsche
A la metafísica se la puede llamar la ciencia que trata de los errores del hombre como si fueran verdades fundamentales.
Los traicioneros son siempre desconfiados.
J. R. R. Tolkien
Cuando estoy de vacaciones o en mi barco, estoy con el correo electrónico todos los días. Yo siempre estoy merodeando alrededor de Internet en busca de lo que nuestros competidores están haciendo.
Larry Ellison
Estaba entrenándome en el cross cuando se me acerca un tipo. Me hace muchas preguntas e incluso me pregunta a su hijo. Luego, poco antes de irse me dice: De todas formas, Dovizioso es mejor.
Marco Simoncelli
Y supo de repente que jamás encontraría satisfacción en el amor, sino en el odio, en odiar y ser odiado.
Patrick Süskind
Del agua mansa me libre Dios, que de la brava me guardaré yo.
Proverbio
La defensa es para tiempos de escasez, el ataque para tiempos de abundancia.
Sun Tzu
En tus telares, Angelita, hay tiempo, lágrima y sudor están las manos ignoradas de éste, mi pueblo creador.
Víctor Jara