Las deportaciones forzadas, la eliminación sistemática de pueblos y el desprecio de los derechos fundamentales de la persona son las tragedias que, desgraciadamente, aún hoy humillan a la humanidad.
Juan Pablo II
Loco es el que se tiene por cuerdo y cree que los necios no son de su condición.
Carlos Ruiz Zafón
Madre, amante, esposa, toda mujer es influencia.
Eugenio María de Hostos
... sólo la práctica cristiana, una vida tal como la vivió el que murió en la cruz, es cristiana. Todavía hoy esa vida es posible, para ciertos hombres es incluso necesaria: el cristianismo auténtico, el originario, será posible en todos los tiempos...
Friedrich Nietzsche
¿Le doy miedo a la gente? A lo mejor un poco. La otra semana, tenía problemas con mi novia y me senté en frente del armario y empecé a darle golpes con la cabeza hasta que empecé a ver borroso.
Graham Coxon
Para tener éxito, la planificación sola es insuficiente. Uno debe improvisar también.
Isaac Asimov
Piensa muy despacio lo que debes decir o hacer.
Jerónimo Usera
La distribución desigual de la riqueza del mundo se debe a la distribución desigual del capitalismo.
Johan Norberg
Puede que de un amor firme, pero si se trata solo de una vaga inclinación estoy convencida que un buen soneto acaba con ella.
Keira Knightley
No puede depositarse ninguna confianza en los compañeros de gobierno; la autoridad, cualquiera que sea su forma, no sufre ser compartida con otro.
Lucano
Una disculpa es el pegamento de la vida, puede reparar casi cualquier cosa.
Lynn Johnston
La felicidad es mi espada, y mi alegría, mi escudo.
Martín Lutero
Se olvidaba del aire estancado en su cerebro.
Miguel Delibes
A pocas palabras, más sabiduría.
Ninel Conde
De la constelación de tus lunares me hice preso.
Rapsusklei
¿Por qué habla esta gente con un tono tan agudo? ¿Por qué apenas abren la boca para hablar? ¿Por qué acaban todas las frases con la misma entonación que se usa para preguntar? Vocales extrañas, palabras recortadas y un siseo cada vez que pronuncian la letra ese... Por eso a todo el mundo se le pega su acento, claro.
Suzanne Collins