Observa con los ojos de la razón aún no siendo fiel compañera del corazón.
Juan Lobillo
No se conoce el que es necio siendo sufrido y callado.
Alonso de Barros
El arte de vivir consiste en conservar nuestra personalidad sin que la sociedad nos incomode.
Ángel Ganivet
¡Quieran los dioses que cada uno desempeñe el oficio que conoce!
Aristófanes
El hombre es capaz de tanta atrocidad como tiene imaginación.
Ed Harris
Mi búsqueda se orienta hacia el nuevo tipo de realidad que también pueda ser expresada en términos científicos. En otras palabras, soy realista para una nueva realidad.
Ilya Prigogine
Los hombres se rigen por las líneas de intelecto, las mujeres por las curvas de la emoción.
James Joyce
Sacar lustre a la política quizá nos exija no imitar a los predicadores de utopías imposibles y dedicarnos, más a que dar vueltas a cual sea el ideal de justicia perfecta, a resolver injusticias concretas. Necesitamos fiarnos de los ingenieros de la eficacia antes que de los profetas del dogma.
José Bono
Propio de todo hombre es el errar. Pero de nadie, sino del necio, el mantenerse en el error.
Juan Luis Vives
Si no sabes donde vas, acabarás en otra parte.
Laurence J. Peter
Alimenta tus temores y tu fe se va a morir de hambre. Alimenta tu fe y los que morirán de hambre son tus temores.
Max Lucado
En un principio había sido el ideal de los jóvenes de lo que debía ser la juventud: un entretejido de lealtad fanática, alegría irresponsable, camaradería, placer físico y no poca crueldad.
Olaf Stapledon
Si los amantes del vino y del amor van al infierno... vacío debe estar el paraíso.
Omar Jayam
Vino mi hermana a buscarme, pero no quiero ir a La Plata. A la noche me llevo una revista, miro las fotos, me distraigo un rato y me quedo dormido. Me la gasté toda. Di mucho sin mirar a quién.
Orestes Omar Corbatta
¡Ah, ah! ¡Qué buena vida! Cansarme poco, divertirme bastante, y tener en el bolsillo siempre algún doblón.
Pierre-Augustin de Beaumarchais
La naturaleza nos es hostil, porque no la conocemos; sus crueldades representan la venganza contra nuestra indiferencia. Escuchar sus latidos íntimos con el fervor de apasionada curiosidad equivale a descifrar sus secretos: es convertir la iracunda madrastra en ternísima madre.
Santiago Ramón y Cajal