Los necios viven más descansados, porque ninguna cosa les da pena ni enojo.
Juan Huarte de San Juan
Ya no duele porque al fin ya te encontré...
Alejandro Sanz
Sin entidades de gestión como la SGAE estaríamos en una época medieval donde sólo los muy pudientes se dedicarían a crear.
Ángeles González-Sinde
Las heridas que los malos causan a los buenos no alteran el sosiego de mi espíritu; pero el daño que se hacen entre sí los seres nobles, aquellos a quienes amo y estimo, me turba y desespera.
Armando Palacio Valdés
Ningún barco debería hundirse sin su capitán.
Benedict Cumberbatch
Para computar la felicidad de cada uno no se han de considerar los bienes que posee, sino el gozo que de su posesión recibe.
Benito Jerónimo Feijoó
Quiero que te muestres señor de la Vejez, a la que harás volver frecuentemente la vista atrás y si no ha dejado vestigios dignos la volverás molesta, triste, temerosa del juicio cercano de la próxima estación que la lleva al inexorable tribunal de Radamanto y harás así que sienta los horrores de la muerte antes de que ésta venga.
Giordano Bruno
Aunque se pierdan otras cosas a lo largo de los años, mantengamos la Navidad como algo brillante. Regresemos a nuestra fe infantil.
Grace Noll Crowell
Antes que todas las cosas, en un comienzo, fue el infinito Caos.
Hesíodo
No es de extrañar que saquemos tan poco provecho de la experiencia. Cambiamos tanto cada día, que lo que llamamos nuestra experiencia es la experiencia de otra persona distinta que ya no nos concierne.
Jules Tannery
Aquella Eva que un día se descubrió a sí misma con horror completamente desnuda a la sombra del árbol de la ciencia ha tenido que darse una vuelta por toda la historia para poder volver al paraíso llena de fascinación con liguero de encaje.
Manuel Vicent
Lo único que hace emocionante el matrimonio es la infidelidad.
Oscar Wilde
Venezuela con todo su hierro y todo su petróleo, nunca valdrá más que sus habitantes.
Renny Ottolina
Necesitamos la vida entera para aprender a vivir, y también, cosa sorprendente, para aprender a morir.
Séneca
La ambición se alimenta de todo, hasta de otras ambiciones.
Susan Sontag
Su rostro era agradable y majestuoso; pero cuando se encolerizaba uno de sus ojos se hacía tan terrible que su mirada resultaba intolerable: el desgraciado sobre quien la fijaba caía de espaldas y, a veces, incluso expiraba en aquel mismo instante.
William Beckford