En aquel momento vio la guerra frente a él. No era una escueta lista de avances sobre posiciones enemigas, ni tampoco los muñones atroces que se escondían bajo las sábanas. La guerra era los ojos vacíos y arrasados de Eduard.
Juan Gómez-Jurado
El peor sufrimiento está en la soledad que lo acompaña.
André Malraux
Mis ojos, por haber sido puentes, son abismos.
Antonio Porchia
La observación indica cómo está el paciente; la reflexión indica qué hay que hacer; la destreza práctica indica cómo hay que hacerlo. La formación y la experiencia son necesarias para saber cómo observar y qué observar; cómo pensar y qué pensar.
Florence Nightingale
Por los méritos de la Santa Madre la Iglesia, en que yo mi esperanza tengo (y cuyos miembros vivos sois vosotros), confío en Cristo Nuestro Señor que me ha de oír y conceder esta gracia: que use este inútil instrumento mío, para plantar la Iglesia.
Francisco Javier
La casa natal es más que un cuerpo de vivienda, es un cuerpo de sueño.
Gaston Bachelard
El amor de mi hombre no conocerá el miedo a la entrega, ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento en una plaza llena de multitudes. Podrá gritar -te quiero- o hacer rótulos en lo alto de los edificios proclamando su derecho a sentir el más hermoso y humano de los sentimientos.
Gioconda Belli
El dinero es la tarjeta de crédito de los pobres.
Herbert Marshall McLuhan
No hago planes por anticipado.
Humphrey Bogart
La venganza es siempre un placer de los espíritus estrechos, enfermos y encogidos.
Juvenal
Hemos visto el círculo superior de la espiral de poderes. Hemos llamado Dios a ese círculo. Le hubiésemos podido dar cualquier otro nombre: Abismo, Misterio, Oscuridad Absoluta, Luz absoluta, Materia, Espíritu, Esperanza Última, Silencio.
Nikos Kazantzakis
¿Por qué los idiotas más feos del mundo enamoran a las mujeres más bellas que hay? ¡Oh, Condorito! ¡Jamás en mi vida me habían dicho un piropo tan lindo!
Pepo
La luna, silenciosa, nadaba inmaculada sobre la superficie de un Danubio en calma que navegaba hacia un mar ajeno a las pasiones de los hombres.
Santiago Posteguillo
La satisfacción del hombre al final de su existencia es hallar en la columna del balance, la cifra positiva de haber sido útil.
Virgilio Olano
¡Qué enfermedad más terrible la que es capaz de matar a Dios en un hombre!
Yann Martel
Hay historias ratificadas de marineros que, creyendo que iban a morir ahogados, se han visto empujados hasta la superficie y sostenidos allí por grupos de delfines. Es una forma característica de estos cetáceos de ayudarse mutuamente.