Algo como una voz que me dijera de dentro de mí mismo: esta fe encantadora es la pobreza.
Juan Gil-Albert
La única vacuna contra el aburrimiento es el amor.
Alberto Moravia
Lo que para uno es derroche para otro es virtuosa inversión.
Amando de Miguel
Los hombres sabios discuten los problemas, y los necios los deciden.
Anacarsis
Sé honrado y valiente; sin humillarte ante el poderoso, muéstrate afable y dulce con el pobre y humilde, y a su tiempo te verás honrado con el amor de una doncella pura y buena, el mayor galardón a que aspirar pueda todo cumplido caballero.
Arthur Conan Doyle
Cuando confías profundamente, esta confianza transforma tu vida, no importa cuáles sean las circunstancias.
Efraín Gutiérrez Zambrano
Es el pilar de la nacionalidad, porque fue él quie inició las luchas por la libertad y la defensa de Honduras.
Lempira
Más que un rebaño, las muchedumbres son gigantes encadenados con telarañas.
Manuel González Prada
Las amenazas a la democracia en América Latina: terrorismo, debilidad del estado de derecho y neopopulismo.
Mario Vargas Llosa
¿Cómo ha podido llegar a albergarse una cosa absolutamente inmaterial (el alma) en una cosa absolutamente material (el cuerpo)? He aquí una de esas cuestiones que solo la fe, esa afirmación apasionada y estúpida de lo absurdo, puede resolver. Es el más grande de los milagros.
Mijaíl Bakunin
Sólo hay una clase de la sociedad que piensa más en el dinero que los ricos, y son los pobres. Los pobres no pueden pensar en otra cosa. En eso consiste la desgracia de ser pobre.
Oscar Wilde
Mientras los necios deciden, los inteligentes deliberan.
Plutarco
Si usted tiene tiempo para inclinarse, usted tiene tiempo para limpiar.
Ray Kroc
No hay un espíritu bien conformado al que le falte el sentido del humor.
Samuel Taylor Coleridge
El que nunca cambia sus opiniones, nunca corrige sus errores, y nunca será más sabio al día siguiente.
Tyron Edwards
Maria, abre la ventana y deja que el sol alumbre por todos los rincones de tu casa. Maria, mira hacia afuera nuestra vida no ha sido hecha para rodearla de sombras y tristezas.
Víctor Jara