Seguiré dando guerra mientras el cuerpo aguante.
Juan Carlos de Borbón
Mientras no encuentres en ti mismo el tesoro, no cesarás de proyectar tus dudas en los otros.
Alejandro Jodorowsky
Cuando viajo por Europa paso bastante tiempo en la habitación del hotel, repasando la cultura local a través de los programas de televisión.
Barbara Probst Solomon
¿O es que la caridad es una para el caballero de levita, y otra para el pobredesnudo?
Benito Pérez Galdós
La templanza es un gran capital.
Cicerón
Dícese con poca propiedad que el aburrimiento es un mal común. Podrá ser común el estar desocupado u ocioso, pero no aburrido. El fastidio no cabe sino en aquellos que no tienen espíritu.
Giacomo Leopardi
Esquina de barrio porteño te pintan los muros la luna y el sol. Te lloran las lluvias de invierno en las acuarelas de mi evocación.
Homero Manzi
Nada hay tan lastimoso como una coqueta vieja.
Ignacio Manuel Altamirano
Nunca conocí a nadie que de verdad pensara que yo valía la pena, hasta que te conocí a ti. Y tú lograste que yo también me lo creyera, así que, por desgracia, te necesito, y tú me necesitas a mí.
Jake Gyllenhaal
La Naturaleza guarda bajo llave sus mejores secretos, hasta que alguno se acerca a investigarla reverentemente.
John Ruskin
Estamos llegando al fin de una civilización, sin tiempo para reflexionar, en la que se ha impuesto una especie de impudor que nos ha llegado a convencer de que la privacidad no existe.
José Saramago
Bien, Bean, lo que te he hecho este día, hecho está. Pero te observare, con más compasión de la que te imaginas, y cuando llegue el momento descubrirás que soy tu amigo, y tú el soldado que quieres ser.
Orson Scott Card
Los hombres siempre se empeñan en ser el primer amor de una mujer. Las mujeres prefieren ser la última novela de un hombre.
Oscar Wilde
No nos cansemos de hacer bien a nuestros semejantes.
Plutarco
Hay cualidades que conducen al éxito. Coraje, la capacidad de soñar y perseverar.
Soichiro Honda
La necedad es la combinación de la falta de inteligencia, el egocentrismo y la terquedad. Irónicamente, la falta de inteligencia lleva al necio a pensar que es más listo que los demás. Para ello, se rodea de una decena de palabras técnicas con las que envolver su discurso vacío.
Toni García Arias