Aunque las cuestiones filosóficas conciernen a todo el mundo, no todo el mundo se convierte en filósofo. Por diversas razones, la mayoría se aferra tanto a lo cotidiano que el propio asombro por la vida queda relegado a un segundo plano.
Jostein Gaarder
Nunca creeré que Dios juega a los dados con el mundo.
Albert Einstein
Con sus tendones de hierro nos aprisiona el hábito día tras día.
Alphonse de Lamartine
Yo quiero quererte o morir.
Amaia Montero
Nubes de palabras usadas, ¿qué lluvia van a dar?
Elias Canetti
¡No! Nosotros no perseguimos ningún interés material, y es lógico que los imperialistas no lo entiendan, porque se guían por criterios exclusivamente chovinistas, nacionalistas, egoístas.
Fidel Castro
En la medida en que una categoría de necesidades, y sus correspondientes satisfacciones, permanece en el dominio de la libertad, cada cual establece al respecto su propia norma y la modifica a voluntad.
Frédéric Bastiat
Yo no tengo tribulaciones, dispongo de dinero como un rentista, no tengo jefe, ni mujer, ni hijos; existo, eso es todo. Y esta tribulación es tan vaga, tan metafísica, que me da vergüenza.
Jean-Paul Sartre
El corazón se contrae, como las demás partes carnosas, por medio de las excitaciones mecánicas o galvánicas, pero producen movimientos rítmicos en vez de una convulsión momentánea.
Johannes Peter Müller
La mente humana siempre progresa, pero es un progreso en espiral.
Madame de Staël
Cuando me equivoco voy y me hago cargo legalmente de lo que hago. Cuando me equivoco, me lo recuerdan los seres que quiero y que me respetan, siempre necesito ser contenido, como todos los seres humanos, pero me contienen mis seres queridos, no el presidente del Athletic.
Marcelo Bielsa
El que se guarda un elogio, se queda con algo ajeno.
Pablo Picasso
Las necesidades se convierten en deseos cuando se dirigen a objetos específicos que podrían satisfacerlas.
Philip Kotler
Donde las dan, las toman.
Proverbio
- ¿Qué tal?. - Oh... muy interesante. Nunca antes me había besado un sociópata.
Tim Roth
No admitas nunca en tu confianza, ni aun en tu asidua compañía, a quien no sepa más que tú en cosas de importancia.
Walter Savage Landor