Cuando las palabras no enseñan nada, es decir, cuando éstas no son más apropiadas que otras para expresar un pensamiento, cuando éstas no tienen ningún vínculo necesario con él, entonces la inteligencia o la memoria no alcanzan a retenerlas, o las retienen con dificultad, porque están obligadas a emplear cierta violencia para unir cosas que tienden a separarse.