El ingenio no debe ser más exigente que el gusto, ni el juicio más severo que la conciencia.
Joseph Joubert
Nunca pienso en mi como un icono. Eso está en las mentes de la gente no está en mi mente. Apenas hago mi trabajo.
Audrey Hepburn
Hideyoshi sabía que debía trabajar constantemente para mejorarse, para superar sus defectos y aumentar su capacidad de introspección, y había decidido que sus samuráis debían hacer lo mismo.
Eiji Yoshikawa
La poesía de mañana, después de la catástrofe del mundo, habrá de ser reflejo del temblor universal.
Enrique Martinez
Crear un animal con derecho a hacer promesas: ¿no es esta la paradójica tarea que la naturaleza se ha propuesto en el caso del hombre? ¿No es el verdadero problema que atañe al hombre?
Friedrich Nietzsche
Yo soy un arabesco de marquetería; hay trozos de marfil, de oro y de hierro; los hay de cartón pintado; los hay de diamante; los hay de hoja de lata.
Gustave Flaubert
Admiraba a Stu. Dependía en él para que me dijera la verdad. Stu me diría lo que estaba bien y yo le creía.
John Lennon
Los que entonces repartían el juego -como Duhalde- tenían la obligación de saber que El Furia iba a Santacrucificar la Argentina.
Jorge Asís
Otro demérito de los falsos problemas es el de promover soluciones que son falsas también. A plinio (historia natural, libro octavo) no le basta observar que los dragones atacan en verano a los elefantes: aventura la hipótesis de que lo hacen para beberles toda la sangre que, como nadie ignora, es muy fría.
Jorge Luis Borges
Propio de todo hombre es el errar. Pero de nadie, sino del necio, el mantenerse en el error.
Juan Luis Vives
Aunque dijiste sí al hombre equivocado, espero que eso no te haga decir no al hombre adecuado.
Lisa Kleypas
Bienaventurado el que tiene talento y dinero, porque empleará bien éste último.
Menandro
Si no consigo expresar bien, hermanos, Lo que quiero decirles, Tendrán que disculparme: Siento algunos mareos, me da vueltas un poco la cabeza. No es el alcohol. Apenas, es un poquito de hambre.
Nazim Hikmet
El demonio es como un perro rabioso atado a la cadena; no puede herir a nadie más allá de lo que le permite la cadena. Mantente, pues, lejos. Si te acercas demasiado, te atrapará.
Pío de Pietrelcina
Considero yo muchas veces, Cristo mío, cuán sabrosos y cuán deleitosos se muestran vuestros ojos a quien os ama, y Vos, Bien mío, queréis mirar con amor.
Teresa de Jesús
Se me ha llenado el corazón de sueño.
Vicente Gaos