¿Qué importa que todos -los astros- en silencio solemne se muevan alrededor dela oscura esfera terrestre? ¿Qué importa que ni voz ni sonido verdadero entre sus orbes radiantes se encuentren? Para el oído de la Razón todos ellos exaltan y lanzan una voz gloriosa, cantando sin cesar, mientras centellean: la mano que nos hizo es divina.