Empezó por una apuesta, siguió por un devaneo, engendró luego un deseo, y hoy me quema el corazón.
José Zorrilla
Su contemplación le despertó numerosos recuerdos, pero la dulzura melancólica de aquel rostro calmó sus emociones.
Ann Radcliffe
La evidencia es a los ojos del espíritu lo que la visión a los del cuerpo.
Antoni Gaudí
El despertar de la razón, después de haber gozado del amor, suele tener momentos de zozobra.
Aurora Cáceres Moreno
El primer paso del apasionarse es advertir que se apasiona, que es entrar con señorío del afecto, tanteando la necesidad hasta tal punto de enojo y no más.
Baltasar Gracián
Otro en desnudo altar incienso ofrece no menos de los dioses recibido; que mucho un limpio corazón merece, y siempre de los dioses es oído.
Estacio
Nunca releo mis libros, porque me da miedo.
Gabriel García Márquez
Muchas manos hacen el trabajo ligero.
John Heywood
Ser un individuo extraordinario se logra a través de acción con propósito y aprendizaje continuo.
Jorge González Moore
Es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz.
José Martí
Mirarse era la casa de ambos.
José Saramago
Mientras bebemos y nos coronamos de rosas, y demandamos perfumes y mujeres, la vejez se desliza sin ser notada.
Juvenal
El público me estiró la vida. Le agradezco y le pido que no me suelte.
Libertad Lamarque
Lo que los hombres llaman galantería y los dioses adulterio, es mucho más común donde el clima es sofocante.
Lord Byron
Dudaba a veces de la trascendencia, de Dios, pero nunca de la función irremplazable del catolicismo como instrumento de contención social de las pasiones y apetitos desquiciadores de la bestia humana.
Mario Vargas Llosa
Tú me devuelves más que yo te he dado, pues tú eres tú, yo sólo mi poesía.
Vicente Gaos