La belleza de la noche consiste en el velo misterioso que la cubre; lo más hermoso de una mujer es el pudor en que se oculta.
José Selgas
La ley de la gravedad no es responsable de que la gente caiga enamorada.
Albert Einstein
También pasamos malos momentos: un año acabamos segundos.
Bill Shankly
He escrito esta carta un poco larga, porque no he tenido tiempo de hacerla más corta.
Blaise Pascal
Nunca escribo mi nombre en los libros que compro hasta después de haberlos leído, porque sólo entonces puedo llamarlos míos.
Carlo Dossi
Entre todos los proyectos que ha emprendido el ser humano, la aventura de la ciudadanía ha sido la más arriesgada y la más sorprendente.
Carlos Fernández Liria
Un artista es un prisionero de su misma necesidad de comunicarse.
Carmen Laforet
No vale la pena molestarse en matarse porque uno siempre se mata demasiado tarde.
Emil Cioran
Hace falta mucha más virtud para bien llevar la buena fortuna que para soportar la adversa.
François de La Rochefoucauld
El egoísmo no es más que el medio de convertirlo todo en utilidad propia.
Jean de la Bruyere
De qué nos vale una actitud ecologista en un rincón si el universo de la industria se mueve como se mueve?
José Mujica
No quieras saber y no tendrás inquietud.
Lao-Tse
No vemos dos veces el mismo cerezo ni la misma luna sobre la que se recorta un pino. Todo momento es el último porque es único. Para el viajero, esa percepción se agudiza debido a la ausencia de rutinas engañosamente tranquilizadoras, propias del sedentario, que nos hacen creer que la existencia va a seguir siendo como es por algún tiempo.
Marguerite Yourcenar
¿Y por qué crees que los franceses no lo sabían antes de que tú me dijeras nada?
Mata Hari
El considerar la existencia de muchos hombres igualmente inmortales, es decir, igualmente infinitos, y por encima de ellos un dios todavía más inmortal y más infinito es una incongruencia.
Mijaíl Bakunin
Son dioses que han sido olvidados y que ahora bien podrían estar muertos. Tan sólo se pueden encontrar en dramas históricos. Han desparecido, todos, pero sus nombres e imágenes siguen con nosotros.
Neil Gaiman