Y en todo hombre o mujer que encontramos, en todo libro que leemos sólo nos interesa conocer cual sea el resultado de su balance vital.
José Ortega y Gasset
América es un país de inventores, y los mayores inventores son los periodistas.
Alexander Graham Bell
Retener las propias convicciones no es incompatible con abandonar una actitud tradicional de rivalidad y hostilidad hacia las personas cuyas convicciones difieren de las nuestras.
Arnold J. Toynbee
Me siento más en casa que si viajo a París, por ejemplo, no soy nada patriotero, pero es que para mí, mi nación es mi lengua y mi cultura.
Arturo Pérez-Reverte
Dije que eras especial, no que eras unica.
Charlie Sheen
Gime, bandoneón, grave y rezongón en la nocturna verbena. En mi corazón tu gangoso son hace más honda mi pena.
Enrique Cadícamo
El único modo de proteger a nuestro pueblo, el único modo de asegurar la paz, el único modo de controlar nuestro destino pasa por nuestro liderazgo.
George W. Bush
Räikkönen debería levantar el pie con el vozka.
Gerhard Berger
Perderlo todo es ganarlo todo, porque no se posee eternamente más que lo que se ha perdido.
Henrik Ibsen
Será un perpetuo esclavo quien no sabe contentarse con poco.
Horacio
Yo recuerdo sus ojos, con aquella extraña mezcla de voluntad férrea y de confusión infantil.
Ilya G. Ehrenburg
Las cosas que son diferentes, que se salen de lo corriente, bueno, alteran a la gente.
John Katzenbach
Hay algo inexplicable que agita mi alma y que no logro comprender.
Mary Shelley
El corazón de la madre es el único capital del sentimiento que nunca quiebra, y con el cual se puede contar siempre y en todo tiempo con toda seguridad.
Paolo Mantegazza
Corresponde al general ser tranquilo, reservado, justo y metódico.
Sun Tzu
No es que pueda vivir, es que quiero. Es que yo quiero. La vieja carne al fin, por vieja que sea. Porque si la memoria existiera fuera de la carne no sería memoria porque no sabría de qué se acuerda y así cuando ella dejó de ser, la mitad de la memoria dejó de ser y si yo dejara de ser todo el recuerdo dejaría de ser. Sí, pensó. Entre la pena y la nada elijo la pena.
William Faulkner