Nadie dilapida la vida, sino su vida.
José Narosky
Martín.- Tú podrías ser para mí todo lo que ella no fue y no puedo soportar esta casa donde todos la bendicen mientras yo tengo que maldecirla dos veces, por el amor que entonces no me dio y por el que ahora me esta quitando desde lejos.
Alejandro Casona
El tiempo somos nosotros y no es posible detenerlo.
Antonio Buero Vallejo
El ignorante afirma; el sabio duda y reflexiona.
Aristóteles
No creáis nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen; creedlo después de someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia.
Buda Gautama
No tengo más enemigos que los del Estado.
Cardenal Richelieu
El tipo de hombre que se debe querer como el de mayor valor.
Friedrich Nietzsche
Despreocupados, violentos, burlones: así nos quiere la sabiduría; es mujer y no ama nunca sino a un guerrero.
La luna sin espejo de la noche, la noche sin misterios por la luna, entonces me di cuenta, tienes una espalda tan hermosa como un ciervo.
Gloria Fuertes
¿Existe algo más admirable para dos almas que la sensación de unirse para siempre, de fortalecerse mutuamente en toda dura tarea, de apoyarse la una en la otra en los momentos de aflicción, de auxiliarse en el sufrimiento, de entregarse como un solo ser a los silenciosos e inefables recuerdos en el momento de la última partida?
John Irving
No sabemos: solo podemos conjeturar.
Karl Popper
Si hay algo que puedo enseñarte es a encontrar lo mejor de ti. Y cuando lo hagas, aférrate a ello hasta el final.
Laura Dern
Ahora voy a encadenar 15 podios consecutivos.
Lewis Hamilton
Pero repare usted en esos que hacen profesión de matones, y verá que para llegar a ser buenos duelistas han empezado por ser grandísimos tunos, y que si buscan el honor provocando a la gente y dando o recibiendo estocadas, es porque de otro modo no lo pueden hallar.
Manuel Tamayo y Baus
Es pueril preguntarse dónde van las cosas y la gente. No van a ninguna parte y han llegado.
Maurice Maeterlinck
Mis padres querían que fuera economista, pero me incliné por el fútbol en el equipo que fue mi cuna: El Real Independiente de Ginebra. Jugué como defensa, mediocampistas, delantero y terminé siendo arquero.
Miguel Calero