La fama es un mito inútil.
José Martí
De donde se verá cuanto nos importa el hacer mucho caso de cosas pequeñas, si pequeñas se pueden llamar las que nos acarrean tanto bien, y por donde nos puede venir tanto mal.
Alonso Rodríguez
Cualquier profesor que pueda ser sustituido por una máquina, debería ser sustituido por una máquina.
Arthur C. Clarke
Odio el jazz.
Emma Stone
Quiero volver a tierras niñas; llévenme a un blando país de aguas. En grandes pastos envejezca y haga al río fábula y fábula.
Gabriela Mistral
El torreón y la torre todavía se miran, después de tantos siglos, y parece que se cuentan, por encima de las verdes florestas o de los bosques muertos, las más antiguas leyendas de la historia de Francia.
Gastón Leroux
El lenguaje político está diseñado para que las mentiras parezcan verdades, el asesinato una acción respetable y para dar al viento apariencia de solidez.
George Orwell
El tiempo es el único capital de las personas que no tienen más que su inteligencia por fortuna.
Honoré de Balzac
No hay sabiduría sin prudencia. No hay filosofía sin cordura.
Jaime Balmes
Bajo la madreselva que en la reja filtró su encaje de verdor maduro, me perturbaba en el claroscuro de la ilusión, en la glorieta añeja... Cristalizaba un pájaro su queja...
Julio Herrera y Reissig
La hierba de las pampas cae y el ojo puede ver como el frío aumenta.
Kobayashi Issa
Mentira que la patria pertenece a todos los que nacimos en ella. Pertenece a una pequeñísima minoría de acaparadores de la tierra y de las riquezas del suelo. Pertenece a los terratenientes, grandes negociantes y banqueros.
Librado Rivera
Siempre al valor la adversidad se opuso.
Lucano
Cuando se trata de economía, todo el mundo es un experto que casi siempre se equivoca, y los ejecutivos de negocios no son la excepción.
Milton Friedman
Solo veo las fotos para ver qué usé la semana pasada y si estaba lindo.
Paris Hilton
Es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios.
Tomás de Aquino