En política, lo único verdadero, es lo que no se ve.
José Martí
Porque somos un país de gilipollas gobernado desde hace siglos por mediocres, analfabetos y acomplejados. ¿Te parece que lo he dicho lo bastante claro?
Arturo Pérez-Reverte
Cuando perdonamos nos hacemos superiores a nosotros mismos.
Doménico Cieri Estrada
Tienes que recordar siempre que los hombres vienen de un planeta diferente. Así todo te irá bien.
E. L. James
Los niños usan de los puños hasta que alcanzan la edad en que pueden usar del cerebro.
Elizabeth Barrett Browning
El hecho de que alguien no te ame como tú quieras, no significa que no te ame con todo su ser.
Gabriel García Márquez
Porque cuando nos elevamos del caos, aspiramos a la verdad, la perfección y la sencillez; pero, cuando reflexionamos y nos volvemos hacia dentro, viniendo de arriba, encontramos la tristeza y la desilusión, y el susurro del viento.
George Santayana
Honradez, laboriosidad, prudencia y economía. He aquí las cuatro cifras de la clave del éxito.
James A. Garfield
La felicidad del hombre acá abajo no es más que un estado negativo; debe medírsela por la menor cantidad de males a que esté sujeto.
Jean-Jacques Rousseau
Os recomiendo un santa alegría. Ésta acompaña siempre a las buenas conciencias: así como la tristeza es enemiga de todo lo bueno.
Jerónimo Usera
Lo malo del trabajo es depender de otro ser humano, acatar sus reglas y poner tu inteligencia, tu voluntad y tu energía a su servicio.
Joaquín Berges
El mundo imaginario que brota de mi alma perniciosa es sólo comparable al altar de un recinto sagrado.
Junichiro Tanizaki
El absoluto es el punto indiferente de todos los polos, más allá de la existencia y la no existencia, más allá de lo real y lo irreal.
Lucian Blaga
Hemos de saber anticiparnos a encontrar lo cómico que haya en nosotros. Así podremos evitar que otros se burlen de nuestra escasa perfección.
Noel Clarasó
El escultor piensa en mármol.
Oscar Wilde
Aprendí el vocabulario del amo, dueño y patrón, me mataron tantas veces por levantarles la voz, pero del suelo me paró, porque me prestan las manos, porque ahora no estoy solo, porque ahora somos tantos.
Víctor Jara