El silencio es el pudor de los grandes caracteres.
José Martí
Nada más intenso que el terror de perder la identidad.
Alejandra Pizarnik
El Gran Hermano no está mirando. Está cantando y bailando. Está sacando conejos de una chistera. El Gran Hermano está ocupado en reclamar tu atención en cada momento que pasas despierto.
Chuck Palahniuk
En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginarnos por qué hacen lo que hacen. Eso es mucho más provechoso y más interesante que la crítica; y de ello surge la simpatía, la tolerancia y la bondad.
Dale Carnegie
La mayor virtudpolítica es no perder el sentido de la totalidad.
Emmanuel Mounier
Con lo que gano de presidenta me cuesta llegar a fin de mes.
Esperanza Aguirre
Si los jóvenes hermosos, fuertes, llenos de vida, de ansias palpitantes, no fueran ignorantes y tímidos, la vida social sería imposible.
Honoré de Balzac
Me di cuenta de que tenía que revolucionar; aprender cosas nuevas para no quedarme atrás. Me di cuenta y me rebelé.
Jaime Sabines
Cuando el hombre trabaja la naturaleza, al mismo hombre también se le trabaja. O dicho de un modo un poco diferente: cuando el hombre trabaja, interviene en la naturaleza y deja en ella su huella. Pero en este proceso laboral también la naturaleza interviene en el hombre y deja huella en su conciencia.
Jostein Gaarder
La ley de la calle era llevar o tomar.
Lucky Luciano
Escribir casi entra dentro del placer masoquista.
Manuel Vicent
Siempre sufro mucho cuando perdemos y cuando soy maltratado, pero sí logré no creerme la duración del éxito. Como no se revisa por qué ganaste, da lo mismo, te adulan por haber ganado no porque mereciste ganar, por el recurso por el que ganaste, entonces tuve claro siempre que esa franela, porque ése es el término, es impostora.
Marcelo Bielsa
Perdedor complacido.
Mariano Rajoy
Ama a tu mujer por sus virtudes; para sus faltas sé un poco ciego.
Matthew Prior
No hay nadie más feliz en el mundo que quien hace felices a los demás y comparte sus sufrimientos.
Naguib Mahfuz
Con tu amigo nunca juegues.
Ramon Llull