La actividad es el símbolo de la juventud.
José Martí
Es importante no confundir la cocina fusión con la cocina confusión, que es lo que han hecho muchos cocineros que se han limitado a mezclar sin sentido.
Alain Ducasse
La dulzura del vivir se hace más intensa cuando no caminamos ya impetuosamente hacia lo futuro, y el hombre gusta de detenerse y quisiera volver atrás.
Andrenio
Las palabras son femeninas; los hechos masculinos.
Baltasar Gracián
La tristeza proporciona una especie de refugio reflexivo frente a los afanes y ocupaciones de la vida cotidiana.
Daniel Goleman
Las pasiones del hombre ¡Cómo nacen, cómo crecen! Una chispa las crea, un soplo las inflama.
Eugenio María de Hostos
Eran muchas las situaciones cotidianas en las que la gente normal mentía, ya fuera por costumbre o necesidad, o incluso por educación. ¿Cómo le afectaría eso con una chica? Estaría completamente desarmado cuando ella le preguntara si la quería, o dónde había estado. No funcionaría, no podría funcionar.
Fernando Trujillo Sanz
Los fuertes se destruyen entre sí y los débiles continúan viviendo.
George Bernard Shaw
Cuando mi amigo está infeliz, voy a su encuentro; cuando está feliz, espero que me encuentre.
Henri-Frédéric Amiel
Si vuestra causa es buena, poneos de acuerdo; si es mala, litigad.
Jean-Jacques Rousseau
La Universidad debiera insistirnos en lo antiguo y en lo ajeno. Si insiste en lo propio y lo contemporáneo, la Universidad es inútil, porque está ampliando una función que ya cumple la prensa.
Jorge Luis Borges
Me encanta la discusión. Me encanta el debate. No espero de nadie que simplemente se siente ahí y esté de acuerdo conmigo; ese no es su trabajo.
Margaret Thatcher
La miel de las heridas embalsama el amor.
Marguerite Yourcenar
Y para mí, el que es valiente es todo lo demás, puesto que el ánimo es don del alma, y la agilidad del cuerpo.
Pedro Calderón de la Barca
Pequeño, erizado, asustado, animalillo temeroso, ¡Oh, qué pánico te invade! No necesitas salir corriendo tan deprisa haciendo tanto ruido. (A un ratón)
Robert Burns
Estuve sentada largo rato en una esquina de tu nombre. Y vino la tarde a suplicarme que no te pronunciara.
Rocío Biedma