La justicia, la igualdad del mérito, el trato respetuoso del hombre, la igualdad plena del derecho: eso es la revolución.
José Martí
Algunas veces la única forma de atrapar una mujerimposible de atrapar... es ofreciéndole un anillo de matrimonio.
Albert Finney
No sé soy creyente; cuando le preguntaban eso mismo a mi padre, él respondía, en broma, que era dudante. En lo que hace a mí mismo, no soy religioso. Tengo por ahí algún sarampión místico que repentinamente me inquieta.
Atahualpa Yupanqui
Usun Yoon. A su lado, todo el mundo parece normal.
El Gran Wyoming
Alma de bandoneón -alma que arrastro en mí- voz de desdicha y de amor, te buscaré al morir, te llamaré en mi adiós, para pedirte perdón, y al apretarte en mis brazos, darte en pedazos mi corazón.
Enrique Santos Discépolo
Ciego quien no ve el sol, necio quien no lo conoce, ingrato quien no le da las gracias, si tanta es la luz, tanto el bien, tanto el beneficio, con que resplandece, con que sobresale, con que nos favorece, maestro de los sentidos, padre de las sustancias autor de la vida.
Giordano Bruno
La vida de una estrella de acción es muy corta. Quiero ser un actor como Robert De Niro, como Dustin Hoffman o Clint Eastwood, que a sus 70 y 80 años todavía pueden actuar.
Jackie Chan
La guerra incondicional no conduce ya a la victoria incondicional.
John F. Kennedy
Delante de una mujer, nunca olvides a tu madre.
José María Vigil
Es mala disposición oír la palabra de Dios con espíritu crítico.
Josemaría Escrivá de Balaguer
Nadie escribía la historia si no había una razón para aprender de ella.
Lee Strobel
El que cree que Acerra huele al vino del día anterior, se equivoca: Alcerra bebe siempre hasta el amanecer.
Marcial
La modestia no es otra cosa que el orgullo vestido de máscara.
Mariano José de Larra
Donde no hay harina, todo es mohína.
Proverbio
Creo que le estoy haciendo un favor a mucha gente (con su querella por negligencia contra una clínica)... Los médicos tienen un pacto de silencio. Pero a estas alturas del milenio nadie puede ser tan intocable.
Rebeca Ghigliotto
Comprendió que el regalo perfecto era justamente eso: el presente.
Spencer Johnson