Beberse hasta el agua de los floreros.
José María García
Para línea grosera, cuerito educador.
Alfonso Lanzagorta
Hoy tenemos un programa Kinder, ¡con un huevo de sorpresas!
Andreu Buenafuente
Yo no era más que un hombre como los demás, recostado en su lecho, cuando he aquí que las brisas del Todoglorioso me embargaron y me instruyeron en el conocimiento de todo cuanto ha sido. Y Él me ordenó que alzara la voz entre el cielo y la tierra.
Baha'ullah
Los buenos modales están olvidados en América. Yo creo que es de mala educación andar por ahí con vaqueros rotos y sin peinar, con un Starbucks en la mano.
Dita Von Teese
Dios no hizo nada: nosotros lo hicimos a Él, lo inventamos por cobardes, por temor al rayo. Está en la esencia de la materia existir, y en prueba el que nada en última instancia se destruye. Unos átomos se transforman en otros átomos sumándose o quitándose los electrones.
Fernando Vallejo
Un hombre recorre el mundo buscando lo que necesita y llega al hogar y lo encuentra.
George Edward Moore
Siempre es el humilde el que habla demasiado.
Gilbert Keith Chesterton
No tenemos vida, sino estilo de vida, una abstracción de la vida, basada en el sagrado simbolismo de la comodidad.
Hakim Bey
Para las mujeres el mejor afrodisiaco son las palabras, el punto g está en los oídos, el que busque más abajo está perdiendo el tiempo.
Isabel Allende
Danza es todo aquello que el ser humano es capaz de hacer musicalmente con cualquier parte de su cuerpo.
Karlheinz Stockhausen
Sólo el pedernal del espíritu humano puede arrancar fuego de la música.
Ludwig van Beethoven
Nada que un hombre haga lo envilece más que el permitirse caer tan bajo como para odiar a alguien.
Martin Luther King
Se me considera uno de los trabajadores más dedicados y si el pensamiento es un equivalente de la tarea quizá lo soy, pues a él he consagrado casi todas mis horas de vigilia. Pero si el trabajo se interpreta como un rendimiento determinado durante un tiempo específico de acuerdo con una regla rígida, entonces puede que yo haya sido el peor de los haraganes.
Nikola Tesla
Me hago la autopsia a mí mismo. Sin piedad. Me tumbo en la mesa del quirófano y examino todos mis sentimientos y mis recuerdos con la esperanza de que la culpa sea también mía, de que me haya equivocado, de que no haya amado a Anna, de que no la haya amado lo suficiente, de que no haya sido lo bastante hábil o astuto... Porque quizá necesitemos también astucia para el amor.
Sándor Márai
Y, de repente, es como si no existiera nadie más en el mundo que estas dos personas que atraviesan el espacio para encontrarse. Chocan, se abrazan, pierden el equilibrio, se dan contra una pared y allí se quedan, convertidos en un solo ser indivisible.
Suzanne Collins