Aquellos campos, los de las pardas onduladas cuestas, los de los mares de enceradas mieses, los de las mudas perspectivas serias, los de las castas soledades hondas, los de las grises lontananzas muertas...
Uno no está donde el cuerpo, sino donde más lo extrañan, y aquí se te extraña tanto, que sigues aquí