Como obrero que soy, tengo entendido que el realismo literario, y más aún si se trata de realismo socialista, ese realismo no consiste en dar una visión fotográfica de la vida de los trabajadores, sino en que el autor, el escritor, el novelista, el narrador, ponga de sí su ideología, es decir, que sepa volcar en el trabajador su esperanza.