Las uniones de hecho están produciendo muchísimo más deterioro en la convivencia y se produce más violencia en el seno de las uniones de hecho que en las uniones matrimoniales.
José María Álvarez del Manzano
Del modo más natural dos cariños se buscan.
Carlos Drummond de Andrade
A menudo la mujer varía.
Francisco I de Francia
En la infancia, en la adolescencia, en la juventud, es cuando se forma la personalidad y cuando se impregna uno de lo que tiene entorno, por eso, yo estoy por dentro lleno de Valladolid.
Francisco Umbral
... mientras que el objetivo inmediato de la ciencia reside en su propio desarrollo, su objetivo final debe estar ligado a la influencia modeladora que ejerce en el momento adecuado sobre la vida en general y sobre la disposición completamente humana de las cosas que nos rodean.
Fritz Haber
Es imposible gobernar rectamente al mundo sin Dios y sin la Biblia.
George Washington
Desde la aurora del hombre, todas las naciones han tenido gobiernos, y todas se han avergonzado de sus gobiernos.
Gilbert Keith Chesterton
Nada hay más inquietante para un cónyuge que tratar de imaginar lo que se esconde tras el silencio de su pareja.
Joaquín Berges
Era yo un río en el anochecer, y suspiraban en mí los árboles, y el sendero y las hierbas se apagaban en mí.
Juan L. Ortiz
Se nos inculca que la inevitable conflictividad del futuro obedecerá preferentemente a choques de civilizaciones porque sería una digresión metafísica suponer que el mundo de mercado unificado pueda combatir por cuestiones materiales de clase.
Manuel Vázquez Montalbán
Creo que yo fui elegido como un instrumento para dar música, amor y armonía al mundo.
Michael Jackson
Los pensamientos que no conducen a nada rara vez te llevan a algún sitio.
Rafael Estrada Delgado
Honestamente, nunca he arrojado una silla en mi vida.
Steve Ballmer
No me basta tu recuerdo, ahora quiero tu regreso.
Tiziano Ferro
El derecho que triunfa sin ninguna necesidad de violencia.
Victor Hugo
Un escritor debe enseñarse a sí mismo que la cosa más baja de todas es tener miedo.
William Faulkner