Cualquier gobierno es un gobierno de coalición entre el ministro de Hacienda y todos los demás.
José Manuel García-Margallo
Estados Unidos estará a salvo, siempre y cuando todos los ciudadanos tengan un leño en la mano.
Barack Obama
Tu contraceptivo es que se preocupen los demás.
Carey Mulligan
Lo que poca gente sabe es que Twitter se almacena actualmente en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Repito, cada tuit se transfiere a la Biblioteca del Congreso. ¿Creíamos que nuestros tuits ya no existían? ¡No! Todos los tuits que hemos hecho se conservan para siempre en la Biblioteca del Congreso.
Daniel Estulin
Nadie puede ser esclavo y menos de señores, porque amará a uno y odiará al otro; además, fuera de Dios, cualquier otro es un impostor.
Facundo Cabral
El coraje, la audacia, la rebelión, serán elementos esenciales de nuestra poesía.
Filippo Tommaso Marinetti
Es verdad. Ellos lo tienen todo. Todo menos la razón.
Francisco Franco
Ninguna criatura humana es comprendida por criatura humana alguna. Todo lo más, por costumbre, paciencia, interés, amistad, se aceptan o se toleran.
Hippolyte Taine
Y que vivamos ausentes.
Manuel Acuña
¿Que daría por ser rico?, y si yo fuera rico, ¿que daría?
Nach
La gran victoria que hoy parece fácil fue el resultado de pequeñas victorias que pasaron desapercibidas.
Paulo Coelho
A fuerza de soportar mucho, llegará lo que no pueda soportarse.
Publilio Siro
Se ha roto la cuerda que me ataba a la razón.
Ramón Melendi
El aseo del vizcaíno es proverbial; el español apenas se lava una vez en su vida y se muda una vez al año. Oíd hablar a un vizcaíno, y escucharéis la más eufórica, moral y culta de las lenguas; oídle a un español, y si sólo le oís rebuznar, podéis estar satisfechos, pues el asno no profiere voces indecentes ni blasfemias.
Sabino Arana
Yo sólo le he disparado, las balas y la caída le han matado.
Tom Cruise
Antes, los eruditos sabían chino y escribían una prosa correcta y armoniosa. La gente no habla así. Todos los días aparecen palabras nuevas, simpáticas como esas ratitas. Y, como a esas ratitas, no les importa lo que roen. Las palabras cambian con tanta rapidez que uno experimenta vértigo. Por eso su vida es muy breve, y aunque sobrevivan se vuelven obsoletas... Como las novelas que escribimos.
Yasunari Kawabata