El pabellón chileno es sagrado, y a su sombra podemos todos, gobernantes y gobernados, unirnos en íntimo efusión, para bendecir a la Providencia que nos bendice, y para congratularnos por las conquistas del progreso y del ingenio humano.
José Manuel Balmaceda
Si no soy yo, ¿quién? Si no es así, ¿cómo? Y, si no es hoy, ¿cuándo?
Alejandro Jodorowsky
Si pudiese retroceder en el tiempo, volvería a los sesenta y saldría por ahí con las Ronettes.
Amy Winehouse
En paz, estoy por los menos: En guerra, estoy por los más.
Antonio García Gutiérrez
A veces, cuando Dios tiene ganas de broma, castiga concediendo lo que deseas.
Arturo Pérez-Reverte
La muerte de una mujer hermosa es pues incuestionablemente el tema más poético del mundo, e igualmente está fuera de duda que los labios más adecuados para ese tema son los del amante en duelo.
Edgar Allan Poe
No dejes que nadie te haga creer que lo que no eres es más importante que lo que sí.
Elísabet Benavent
La gente que está triste necesita gente que aún lo está más para entenderse.
El talento no se enseña, crece en el sentido que le place.
Émile Zola
Un hombre está dispuesto a creer aquello que le gustaría que fuera cierto.
Francis Bacon
Nadie puede usar la palabra progreso si no tiene un credo definido y un férreo código moral. La misma palabra 'progreso' indica una dirección; y en el mismo momento en que dudamos respecto a la dirección, pasamos a dudar en el mismo grado del progreso.
Gilbert Keith Chesterton
Ningún bombardero enemigo puede alcanzar el Ruhr. Si sólo uno alcanza el Ruhr, no me llamo Göring. Podréis llamarme Meyer.
Hermann Göring
Aquellos que no sean capaces de defender antiguas posiciones, nunca lograrán conquistar las nuevas.
León Trotski
Una nación debe tener una religión, y esta religión debe hallarse bajo el control del gobierno.
Marlene Dietrich
¿Me estás acosando? Porque eso sería estupendo.
Ryan Reynolds
Tengo muy buenos recuerdos de mi infancia. Soy la pequeña de siete hermanos y mi casa siempre estaba llena de gente. Nunca me ha faltado alguien para hablar y reflexionar al lado de un café. Las sobremesas podían empezar a las cuatro y terminar a las nueve de la noche.
Susanna Griso